Evitemos un crimen ecológico en San Juan
Por Rubén Moreta
La República Dominicana debe observar atentamente las pretensiones de una empresa minera transnacional de producir un mayúsculo e irreversible daño ecológico al país. Se trata de la minera suiza-canadiense GoldQuest, quien tiene el plan macabro de producir una tragedia ecológica en el Valle de San Juan, queriendo explotar una mina de oro ubicada exactamente en la ribera del Río San Juan, cuenca que la Constitución de la República y la Ley 64-00 Sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales mandan a proteger.
Esta empresa extranjera está violando olímpicamente la Constitución de la República, que taxativamente instituye en el párrafo único del artículo quince que: “las cuencas altas de los ríos…son objeto de protección especial por parte de los poderes públicos para garantizar su gestión y preservación como bienes fundamentales de la Nación”.
La misma carta magna, en el párrafo de ese mismo articulado, prescribe que: “el agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida. El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso”.
Conforme al texto sustantivo, por la obviedad del año ecológico en un área montañosa tan sensible y frágil por la altura, no procede ningún estudio de impacto ambiental. Es más, conforme el artículo constitucional precedentemente citado, la Goldquest no debió recibir ni siquiera la concesión o permiso de exploración.
Pero el poder imperial canadiense, en la lógica neoliberal, está empecinado en explotar el oro localizado en el paraje Hondo Valle, en la proximidad de donde nace la más importante fuente de agua para el consumo humano de los sanjuaneros, que es el Río San Juan.
Hay diez razones por las cuales no se debe permitir esta faena extractiva, que diezmará la agropecuaria, enfermará a la población, estimulará una mayor emigración y aumentará los índices de pobreza y marginalidad social en el “granero del sur”.
Las diez razones para impedir la explotación de oro en el Valle de San Juan son:
1. Explotar oro en San Juan matará la agricultura y la ganadería, principales actividades económicas de esta provincia sureña.
2. Con el Proyecto Minero Romero se aminorará el suministro de agua potable en las ciudades de Juan de Herrera y San Juan de la Maguana. Igualmente, no habrá agua suficiente para la agricultura y la crianza de ganado. Más de cuatrocientas mil tareas de vocación agrícola se convertirán en desierto en el Valle de San Juan.
3. La explotación del Proyecto Romero contamina el Río San Juan, la Presa de Sabaneta, los acueductos de varios distritos municipales y de los municipios de San Juan de la Maguana y Juan de Herrera; dañará los canales de riego Hato del Padre-Santomé, San Juan y José Joaquín Puello e impurificará todo el sistema de acequias o canaletas que posee.
4. La minería dañará sensiblemente la salud de la población sanjuanera por los procesos químicos que involucra, especialmente la cianuración. El uso de cianuro y otros elementos químicos, también envenenará irremediablemente los suelos del Valle de San Juan y este veneno llegará al Río Yaque del Sur y a la Presa de Monte Grande.
5. Toda minería, aún subterránea, produce deforestación. Una zona importante de la Cordillera Central será arrasada para la instalación de los escenarios de trabajo de los mineros. Además, dentro de la montaña, quién controlará a esos mineros, habida cuenta de la debilidad institucional en la supervisión que tiene el país.
6. La actividad minera produce drenaje ácido, el cual afecta el Ph de las aguas. Es decir, daña la calidad y potabilidad del preciado líquido. Imaginemos qué sería del Valle de San Juan sin agua para el consumo humano y animal, y para la producción agrícola, fuente económica de la llanura mayor productora de granos de la isla y sostén de la seguridad alimentaria nacional.
7. La contaminación que provocaría la GoldQuest se extendería a Neiba, Barahona y Pedernales, porque el Río San Juan es el principal afluente del Río Yaque del Sur, abastecedor de los acueductos de varias de esas comunidades, y dañaría mortalmente la agropecuaria de esas provincias vecinas. Llevará contaminación también a la Presa de Monte Grande, recientemente inaugurada.
8. El despropósito de degradar suelos agrícolas desarrollando minería nociva, envenenará las aguas subterráneas. Además, esta faena extractiva agrede el principal sistema montañoso de la isla (la Cordillera Central), madre de las aguas.
9. Para construir riquezas el Valle de San Juan ha tenido el agua de aliada, porque la naturaleza la provee con abundancia, y con la minería envenenaría el preciado líquido. ¿Por qué querer explotar este mineral, si sabemos que solo traerá una tragedia ecológica, que se traducirá en muerte y desolación del Valle de San Juan?
10. La transnacional Goldquest en el Estudio Económico del Proyecto Minero Romero, ha revelado que el Estado dominicano recibiría en siete años la suma de 224 millones de dólares, equivalente a 32 millones de dólares por año. De esta cantidad, la provincia San Juan recibiría el 5%, lo que representa 1.6 millones de dólares por año; en cambio la provincia San Juan produce riquezas hoy equivalentes a 36 millones de dólares por año solo por la producción agropecuaria, generando más de 28,000 empleos, mientras que la mina solo generaría 800 empleos. En fin, sería un negocio de “capar perros”.
Los sanjuaneros estamos en oración y movilización contra de la Goldquest. Hay una sociedad consciente y empoderada, que grita: “el agua es un tesoro y vale más que el oro».
El autor es Profesor Sociología UASD.